Publicado: 24 de Enero de 2017
Ya sea por una mala higiene o por un suceso traumático, a veces un dentista se ve obligado a sustituir un diente o varios. De hecho, cada vez es más común. Anualmente, en España se colocan unos 800.000 implantes dentales. No sólo eso, sino que esta cifra crece a razón de un 20% anual, un aumento comparable al de países como Estados Unidos.
Estos implantes se componen, habitualmente, de una raíz de titanio puro que, como un tornillo, va anclada al hueso maxilar o a la mandíbula. Y encima de ella, una prótesis que imita al diente desaparecido.
Tradicionalmente, los implantólogos con más o menos pericia no tenían problema en sustituir una, dos o tres piezas dentales por implantes, perosustituir todos los dientes representaba un problema, y sólo dejaba una alternativa: la dentadura postiza de quita y pon, flotando cada noche en un vaso de agua sobre la mesilla. Lo de estas castañuelas «se sigue haciendo, pero no se puede comparar en cuanto a confort y calidad de vida personal a una prótesis que vaya fija, anclada al hueso, y que sólo se quite si el dentista lo necesita.
Reconstruir la sonrisa original
Más que obligar a todo el mundo a lucir la misma sonrisa, como ocurre a menudo en Hollywood, lo que se busca con los nuevos implantes dentales, asistidos por ordenador y con tecnología de impresión 3D, es lograr reconstruir la sonrisa original del paciente. «Antes nos conformábamos con colocar el implante y saber que le estábamos devolviendo al paciente una función, que era la de masticar . Se caía un diente, colocábamos un implante y el paciente ya podía comer bien, pero hoy en día eso ya no es suficiente, los pacientes nos piden más, piden que el implante no sea sólo un elemento práctico sino que les aporte esa naturalidad perdida, que puedan no sólo masticar sino también sonreír como antes».